A Pedro Fuertes, maestro y amigo
Pedro nos ha dejado. Ha partido hacia lo más Alto con la satisfacción del deber cumplido. Hasta que nos reencontremos lo llevaré en mi corazón como un verdadero ejemplo de vida. En las puertas de nuestra despedida me salieron del alma estas letras, que he podido hilvanar, humildemente, gracias a su magisterio. ¡Dios te tenga en la Gloria, querido amigo!: ¡Por Dios, con Dios, aDios!
D.E.P.
(A Pedro Fuertes, Maestro y Amigo, Cmf. )
¡Pedro, te llaman…!
Y tú, siempre presto,
ataviado con la Paz y
el Amor que dejas
para el recuerdo
de miles de corazones,
cautivados por ti,
semillero de Fe
y esperanza enamorada…
Por ti, por esa pluma,
siempre tímida,
que pintó de luz lo más oscuro,
y adornó de versos
las heridas del alma…
Y nuestros campos, de ilusiones…
Y nuestros mares, de alimentos
para la Gloria…
¿Te vas, Pedro…?
Me quedo con tu abrazo…
con la sencilla luz de tu mirada…
con tu sonrisa pudorosa…
con el silencio de tu dulzura…
con tu templanza…
con el orgullo de estas Islas
y de su gente… ¡Tan tuyas!
¡Contigo, por ti y para siempre…!
Pedro y Hombre…
Padre y Maestro…
Paz y Vida…
Poeta de la concordia…
Hermano de todos…
Misionero incansable…
Tú, ELLA y EL…
¡Siempre amigos!
¡Por Dios, con Dios, aDios…!
A.B.A.